¿Qué son las ceramidas?

Las ceramidas son básicamente lípidos (grasas) presentes de forma natural en la piel. Representan el 50% de la composición de la piel, por lo que no es sorprendente que jueguen un papel tan importante en la protección de la piel contra las agresiones externas y asegurando una apariencia más joven. La piel joven produce muchas ceramidas. Pero con la edad y el daño solar, su calidad y cantidad disminuye. El resultado es una barrera de piel dañada, piel seca y áspera, arrugas, enrojecimiento, irritación y deshidratación. Las ceramidas contenidas en los productos para el cuidado de la piel pueden regenerar las ceramidas de la piel. Esto ayuda a la piel a mantenerse hidratada, firme, flexible y mejor preparada para protegerse de las agresiones externas.

¿Todos los tipos de piel necesitan ceramidas?

Si, incluso las pieles combinadas con las grasas tienen una gran necesidad de ellas… especialmente en el período de invierno. La aplicación de ceramidas a la piel grasa no la hará más grasa en el sentido de que no estimulará una mayor producción de sebo. Las ceramidas juegan un papel específico de defensa, así que recuerda que es para todos los tipos de piel.

El invierno trae su cuota de inconvenientes a la piel. Tensión, hormigueo, piel escamosa (caspa pequeña), deshidratación, aumento de la sensibilidad… En parte debido al calentamiento, estas sensaciones se exacerban en contacto con el frío exterior y los vientos. Además, a menudo se piensa erróneamente que no es necesario usar protección solar en invierno. Está bien documentado que los rayos del sol se reflejan en la nieve, haciendo que la exposición sea aún más peligrosa.

Por lo tanto, es necesario intensificar el poder de la capa protectora natural de la piel llamada barrera hidrolipídica (agua + lípidos). Esta película actúa como una barrera para prevenir la deshidratación pero también juega un papel importante en la defensa de la piel de las agresiones externas como los rayos UV y los patógenos.